jueves, 27 de junio de 2013

El valor de esta selección uruguaya

La selección de Uruguay conducida por Tabárez en el ciclo que comenzó en 2006 ya es una de las mejores de la historia del fútbol en nuestro país. Las estadísticas de las participaciones internacionales así lo avalan: cuarta en la Copa América 2007 —tras eliminar al anfitrión Venezuela—; clasificada al Campeonato del Mundo Sudáfrica 2010; cuarta en esa contienda, con la mejor actuación uruguaya en un Mundial de los últimos 40 años; campeona de la Copa América en 2011 —tras vencer a la selección de Argentina, local en ese torneo—; clasificada a semifinales de la Copa de la Confederaciones 2013, y recientemente derrotada, pero con dignidad —uno a dos contra Brasil en el Estadio Mineirao de Belo Horizonte—.

Foto: La información
Este equipo juega en forma inteligente —mérito de su entrenador— y demuestra aplicación a una idea táctica, entrega total a la causa y capacidad técnica espectacular —méritos de sus futbolistas, claro que los atributos técnicos varían según cada caso—. Además, coinciden en este seleccionado nacional tres futbolistas de primerísimo nivel, excepcionales por sus condiciones: Diego Forlán, Luis Suárez y Edinson Cavani; al tiempo que hay un capitán del porte de los de antaño: Diego Lugano.

Pese al cúmulo de virtudes de este equipo y del mérito de director técnico en la conformación de un plantel estable y prácticamente invariable en función de la regularidad de sus integrantes, en Uruguay hay periodistas deportivos, formadores de opinión, que insisten en que hay que cambiarlo todo. Se empeñan en pedir que Lugano no integre más el plantel, cuando en realidad es claro que le quedan algunos años para terminar este ciclo; en que Forlán ya no puede jugar, aunque sigue siendo emblemático, al menos con intermitencias o incluso entradas durante el partido; y en que Cavani no rinde como en Italia, desconociendo el mérito que tiene por jugar fuera de su puesto habitual, con sacrificio, entrega y calidad para generar juego ofensivo, también, últimamente, con goles muy importantes —contra Ecuador en el Centenario, Venezuela en Puerto Ordaz y Brasil por la Copa Confederaciones—.

En conclusión, sería esperable que alentáramos a este equipo, reconociéramos sus virtudes y, por sobre todas las cosas, disfrutáramos de este regalo que el fútbol le brinda a un país tan pequeño como Uruguay. No hay dinero, cantidad de habitantes, ni poderío político que pueda quitarle a un pueblo pobre y luchador como el uruguayo, la alegría de sentirse equiparado, al menos en algo, a las grandes potencias del mundo. Escribir una crónica sobre el partido que vimos todos, contra Brasil, no tendría sentido. Les adjunto una, que a mi gusto, reseña muy bien lo que aconteció en la semifinal en que la Celeste cayó con dignidad.

Crónica El País de Montevideo
Crónica Tenfield
Crónica El Espectador
Declaraciones de Óscar Tabárez en conferencia de prensa (El Espectador)

martes, 25 de junio de 2013

En la Copa de las Confederaciones: Fenómenos un día, ineptos al siguiente

Así cataloga la gente, por lo general, al Maestro Oscar Washington Tabárez, como a todos los técnicos uruguayos de los que tengo algún recuerdo. Los jugadores también reciben esas calificaciones.

Si bien no es necesario enaltecer a un entrenador hasta el cielo, tampoco hay que caer en la crítica fácil todo el tiempo; y eso, justamente, es lo que pasa la mayoría del tiempo en el periodismo deportivo uruguayo.

La última versión de argumentos disparatados se originó con motivo de una entrevista al padre de Cavani para que opine acerca de declaraciones de Lugano. ¡Increíble! Cuesta imaginar una entrevista al padre de Ghiggia para que recriminara a Obdulio por aquello de “los de afuera son de palo”.

La lista de disparates es interminable, citamos algunos:
Foto: El Diario
  • Lugano no puede jugar más en la selección.
  • Cavani no rinde por Uruguay.
  • El equipo de Tabárez no tiene sorpresa, los rivales prevén sus planteamientos.
  • Uruguay tuvo que atacar más a España (fue derrotado por dos a uno y el equipo europeo lo superó ampliamente, pese al planteo defensivo, así que parece razonable pensar que si hubiera atacado más, hubiera tenido mayores problemas).
  • Contra Tahití era necesario jugar con titulares.
Todos estos pensamientos han sido sostenidos reiteradamente en Uruguay, en crónicas deportivas y espacios radiales dedicados al fútbol en los últimos tiempos. Mientras tanto, desde fines de mayo la selección celeste derrotó a Venezuela como visitante por las eliminatorias —por uno a cero en Puerto Ordaz—, y en la Copa de las Confederaciones cayó por mínima diferencia ante España —dos a uno con descuento de Suárez—, derrotó a Nigeria —dos a uno, con goles de Lugano y Forlán— y  a Tahití —ocho a cero: cuatro de Abel Hernández, dos de Luis Suárez y uno de Diego Pérez y Nicolás Lodeiro—.

En la previa al partido con Brasil, todos los integrantes de la selección vuelven a ser fenómenos; sería bueno que lo continuaran siendo en caso de no obtener la clasificación en la semifinal de la Copa de las Confederaciones, frente a Brasil. El desafío es difícil, pero no imposible.

Crónicas de los partidos de Uruguay en la Copa Confederaciones
España 2 Uruguay 1 (Marca)
Uruguay 2 Nigeria 1 (Marca)
Uruguay 8 Tahití (Ovación)