Foto 1 (Eder). La afición.com Foto 2 (Eusebio) Taringa |
Minuto 24 en la final de la Eurocopa 2016. Ronaldo, la estrella, luchó por una pelota y recibió una infracción más, esta vez por parte del francés Payet. Nada hacía prever que tras solo unos minutos en cancha, el ídolo portugués se retirara de la final. Tampoco era fácil presagiar, una vez que no estaba, que su equipo podría ganar la copa que parecía de Francia. Pero como el fútbol siempre puede romper pronósticos, todo esto ocurrió.
El partido sucedió con normalidad, hasta que en el minuto 78 se produjo un ingreso que no llamaba la atención: un jugador desconocido para los seguidores de cualquier país y poco acreedor de confianza por parte de los portugueses, Édercito António Macedo Lopes ingresaba a correr por su equipo.
A los 109 minutos, ya en el segundo tiempo del alargue, el futbolista oriundo de Guinea arriesgó desde fuera del área con un zapatazo capaz de destrozar los prejuicios deportivos y sociales. Tantas veces los inmigrantes son maltratados, que una alegría tan inconmensurable como la que representó ese gol es justa para que se reconozcan sus aportes a las sociedades que los reciben. Portugal por primera vez es campeón de selecciones de Europa. Y
como en los tiempos de Eusebio, la sangre africana corrió por las venas de los festejos.
El recuerdo para Eusebio
Cuenta la historia que nació en el barrio Mafalala, de la ciudad Lourenco Marques (actualmente Maputo) en la África Oriental Portuguesa (hoy Mozambique), el 25 de enero de 1942. Era hijo de un hombre proveniente de Angola y una mujer mozambiqueña. Comenzó en el club Maxaquene, de su país natal, donde exhibió sus condiciones de goleador cuando aún era un adolescente.
Con 18 años, en 1960, fichó por el club Benfica de Lisboa, donde permaneció 15 temporadas y ganó 7 veces la Bota de Plata, premio al máximo goleador del fútbol profesional de Portugal. Ya nacionalizado como ciudadano de ese país, clasificó a la Copa del Mundo de 1966 y alcanzó allí el primer lugar en la tabla de goleadores, con 9 conquistas.
También ganó dos Copas de Clubes Campeones de Europa (Champions en 1961 y 1962) y dos Botas de Oro (1968 y 1973), premio al máximo goleador de clubes de ese continente.
Portugal nunca llegó tan lejos en una Copa del Mundo, tercero, eliminado en semifinales contra la selección de Inglaterra.
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